La luz de la vela lo hizo único
Importante exposición con mucha obra de este artista poco prolífico. Como todos los grandes, la obra original es mucho mejor que su reproducción fotográfica. Desde luego sus Magdalenas penitentes me emocionan mucho más que sus tramposos de las cartas o de la buenaventura, en los que la anécdota chistosa me destrempa.
Si no hubiera afrontado el problema, que parecía insoluble, de pintar un cuadro con la luz de una vela –vela que, además, aparece en la pintura–, sería un gran pintor, pero no único.