Abierto al cielo
La magia del óculo del Panteon reside en que está abierto al cielo, que la lluvia penetra en la sala como atestigua el bello y discreto sumidero central de bronce. Menos mal que el proyecto renacentista (nada menos que de Michelangelo) de vidriar el óculo nunca se llevó a cabo. Todas las monteras vidriadas de los patios andaluces han arruinado su magia.